viernes, septiembre 29, 2006

La vaca flash back



Estas última semanas han transcurrido en un ir y venir de espectáculo en espectáculo y entre todas ellas me he decidido por hablar de la gran experiencia que me supuso poder asistir al gran concierto del año para mí. George Michael en persona después de 20 años esperándolo. El Palacio de los deportes estaba apabullantemente colmado de fans del causante de tantos romances adolescentes a lo Careless Whisper. Para la vaca que escribe supuso un flash back a los 15 años. Mi habitación estaba empapelada con pósters de mi ídolo y mi vida también. Recuerdo que mi primer amor adolescente era la versión española del cantante británico. Duramos 3 años, al igual que duró mi pasión quinceañera por George. Lo llamábamos Jorge Miguel debido a su impactante parecido físico. Quién sabe si ha tenido la suerte de envejecer de la misma manera. La noche del concierto me trasladé a aquellos años. En medio de tantos seguidores me encontré arropada, quizás porque a todos nos llegaron los mismos recuerdos. El espectáculo fue impresionante y es que él siempre lo hizo todo a lo grande. Macropantallas en el escenario proyectando imágenes eclécticas de glamour y protesta social. George es grande y sobre todo, George es voz y sensualidad. El directo es mucho más de lo que me habría imaginado. Todo el Palacio se venía abajo con sus movimientos de cadera. Eres único pensaba mientras la emoción hacía que sus canciones se entrecortaran en mi garganta. El Palacio se venía abajo, sí y por primera vez en muchos años sentí que de nuevo tenía 15 años y suspiré de alegría. Éramos 6 locas que bailaban atravesadas por su música. Éramos 6 entre 15.000 personas, quizás.
George se hizo de rogar durante el concierto. Sabía que no podía dejarnos sin su Careless Whisper y justo cuando se apagaron las luces y se acabó el concierto, sonó la trompeta y después su voz. El susurro me atravesó y me emocioné. La vaca que escribe ahora tenía 15 años de verdad. Sólo él, a pesar de no estar muerto, ha conseguido que le idolatre. Sólo él de entre los vivos. Ni cineastas ni dramaturgos ni poetas ni artistas ni romanceros me hicieron nunca llorar hacia atrás. Gracias George por mantener el vínculo con mi Yo adolescente. Gracias, te sigo.
P.S. Una tiene sus debilidades y ésta es una de ellas.

1 comentario:

Monica dijo...

Jaaaaaajajajajajajaaaaa! Aquí una choupa testigo de su éxtasis...no os la podéis imaginar levitandoooo, y lo que es peor: grabando el concierto en el contestador de casa a través del móvil...es cierto...la verdad, muy graciosa