miércoles, octubre 11, 2006

I am your water, my friend


Desde que me he enamorado de Bruce Lee no pego ojo y mi ibookito está menopaúsico de tanto servir de soporte a mi ensimismamiento. Y es que últimamente estoy que no me aclaro. Me dan las mil viendo y requeteviendo el anuncio de BMW donde Bruce se me declara y me pide que sea toda agua. Pues eso, toda agua. El pobre ibookito no puede más con mi obsesión, está entrando en cortocircuito. No me extrañaría que me denunciara a la S.P.L. (sociedad de proteción de Laptop) por abusos funcionales. Y no es para menos. Llevo todo el día intentando poner su sonrisa de salvapantallas. El caso es que desde que le he visto en la tele que nunca veo, me he enamorado como una quinceañera. "Pero hija -- me ha dicho Gaviota -- si está muerto". "Y, ¿qué? de todas formas nunca lo habría conocido, ¡qué más me da! Estoy enamorada y ya está. Qué ganas de fastidiarle a una sus enamoramientos". Ojalá fuera tan sencillo. Ojalá a lo largo de mi vida me hubiera enamorado de los vivos. Bueno, sí, de alguno me he enamorado, pero ahora ellos también está muertos. Porque, estaba yo pensando. ¿No está, acaso, muerto aquél que ya no te ama? ¿no se ha llevado consigo las caricias, lo besos y los orgasmos mañaneros? De los ex sólo queda eso, la titularidad de ex, porque lo demás es un réquiem al difunto. Y como dicen en el pueblo de muchos "el muerto al hoyo y el vivo al bollo".
Estos días son un poco extraños para mí. He de hacer un viaje en el tiempo y en ese viaje está previsto el reencuentro con un difunto. Siempre me dieron miedo los fantasmas. De niña solía dormir con la luz del pasillo encendida. Pero ahora es diferente, ¿qué luz podría encender para no sentir este miedo al fantasma? Ni el cielo con su luz puede protegerme del susto ni guiarme por una vereda de farolas fundidas. Ojalá se inventaran linternas para estos casos (no me vale un lexatín). El caso es que últimamente me siento de lo más mitológica. Desde que no pude ser Clairwill en el meediometraje, me ha dado por vestirme de Orfeo, pero con una pequeña variación. Pretendo adentrarme en el finger de un avión para llegar al meollo de la cueva y rescatar a Eurídice de sus profundidades. Y justo en el momento en que se cumplirá la profecía y todos esperaréis que se convierta en estatua de sal. NO. Me pondré mi equipo de Ghost buster y lo introduciré a presión en una lata de sardinas, lo tiraré al mar y se lo comerán los delfines.
En fin, que sólo espero que de esta heróica hazaña mis pies se tornen plomo apegado a la tierra y cuelgue de una vez los hábitos de Ghost buster.
Y mientras, seguiré siendo agua para Bruce, o hasta que tú, Pez X, te aclares.

2 comentarios:

Goly Eetessam dijo...

Ten cuidado con los fantasmas. A veces se asientan entre tus ojos y el aire, y se niegan a irse. Por más exorcismos y hechizos que les mandes... Es que a veces los fantasmas son de lo más tozudos.Y pese a esa apariencia lejana, a pesar de ese olor a muerte y lejanía, pueden hacer mucho daño.
Nadie merece sufrir por lo que ya se fue.
Un besazo

PD. Me encanta el señor Lee, con ese tono de voz, esa mirada. Cada uno maltrata a su ibook a su manera...jeje

Monica dijo...

Pero querida vacaaaa, Bruce Leeeeeeeee!!
Yo confieso que tuve una época asiática en la que me ponían los telediarios cuando salía el anterior primer ministro japonés. Se me pasó, nada grave.
Lo tuyo creo que es más parte de esa forma tuya de acercarte a la realidad: Si me voy a ir a Asia, si todos los que voy a tener alrededor tienen pinta de chinos; pues yo, más chula que nadie, empiezo por llegar allí buscando a mi Bruce Lee.
Una forma como otra cualquiera de inmersión cultural.
;-)