jueves, enero 10, 2008

La vaca se tira a la piscina


Por fin he dado el gran salto a la piscina. A veces no sé cómo manejar mi voluntad. Esta maldita voluntad mía empeñada en contrariarme, confundirme, desquiciarme. El primer paso lo di el otro día. Ocurrió como me ocurre la mayor parte de las veces, que voy a una tienda de deportes, me acerco a la sección de baño y veo un stand completo dedicado a Aquagym y me lo compro todo: un gorro de látex rosa, un bañador rosa, unas gafas rosas y unos zapatos rosas para no resbalarme. Llego a casa, me lo pruebo y veo que me he convertido en pinky. ¿Cuándo me ocurrió ser tan rosa? menos mal que no soy rubia y no me he mimetizado con una barbie. En fin, el quit completo y aún sin ganas de pasarme por el Gym. Cojo mis nuevas compras y las pongo junto al equipo de golf, de esgrima, de ciclismo, de senderismo, de sky, de.... y pienso: ¿seré coleccionista de conjuntos deportivos? Puede ser, a Mamá Vaca le da por los abrigos, a Papá Toro por las postales, a Gaviota por las telas y a mí me ha dado por la ropa deportiva. En ese momento me llama un amigo muy deportista que llevaba mucho tiempo insistiéndome en que tenía que dar el paso a la piscina y le cuento todo emocionada mi nueva adquisición. Él se echa a reír y me dice que soy la típica chica que se lo compra todo y luego no lo usa. Ya está, me tocó el orgullo, ahora mismo llamo al gym y me apunto.
El Gym elegido es de lo más pijo que podría elegir, pero qué voy a hacer, es el que está más cerca de mi casa. Me atiende una relaciones públicas que intuyo es una cañón cubana con una gracia tal que al final me vende el pack completo en el momento y me regala miles de cosas por simpática y enrollada, pese a matizarme que he nacido el mismo día que Fidel.
-¡No fastidies! - le digo - con la manía que le tengo.
- Me lo vas a decir a mí, que me tocaba dar ese día a luz a mi hija y aguanté las contracciones para que naciera el 14 de agosto.
- Eso sí que es manía, lo que son los símbolos. Yo casi me mato el día de la República en un accidente y me habría gustado haber elegio otra fecha maldita que olvidar.
- Bueno, recuérdala como el día que te salvaste y celébrala con el día de la República - me responde.
- Anda, mira cómo cambia el cuento si le das la vuelta.
- Pues mira, te voy a hacer un regalo con un número simbólico para que te lo gastes en una tienda de deportes: 69 euros en material deportivo.
- Pues no sé qué más me puedo comprar. Espero que tengan látigos para domar mi voluntad y consiga el hábito. O si no, me lo gastaré en trofeos a la más vaga.
- Pues te regalo la bolsa de deportes del Gym para que la pongas en la puerta y recuerdes que tienes clase de Aquagym.

En fin, que con este buen rollo y mi nueva RRPP cubana, creo que voy a conseguirlo, si antes no me ahogo en mi propia desidia.