jueves, diciembre 07, 2006

Aute y mi ángel del Alba


Si te dijera amor mío que temo a la madrugada....presiento que tras la noche vendrá la noche más larga...quiero que no me abandones, amor mío al Alba...
Miles de buitres callados van extendiendo sus alas... maldito valle de muertos.... quiero que no me abandones, amor mío al alba...
Quizás si no me hubiera obsesionado con esta canción de mi querido Aute el impacto habría sido mayor. Salí de Casa Pueblo con la accidentada tristeza de no haber escuchado a Pez Piano tocar Al alba porque minutos antes se cayó mientras se acercaba al piano y se cortó la mano con una copa. Me quedé sin mi Al alba, pero mi cerebro no se conformaba y la canción me acompañó durante el camino al coche. No me la podía quitar de la cabeza, era como la canción del olvido, aquella que no te deja pensar en otras cosas. LLegué a mi coche y encontré una escena extraña. Era como si alguien hubiera estado dentro y se hubiera mirado en el espejo del copiloto. Qué extraño -- pensé-- yo no he bajado el parasol. Después miré hacia atrás y vi que había dos de mis libros prefectamente alineados boca arriba. ¡Pero si no estaban en el asiento trasero! La cosa empezaba a parecer surrealista y algo esotérica. Arranqué el coche y me fui hacia mi casa. Pez Figurín, Pez Fugu y Pez Maki me habían insistiddo en que me quedara a tomar algo más. Me dio el cargo de responsabilidad y me fui a casa. Eran las cinco de la mañana, ya estaba bien.
En fin que durante todo el trayecto no paré de cantar Al alba, pero con la ligera variación de sustituir "amor mío" por "amigo mío" (qué le voy a hacer, no hay amor mío que valga). Y es aquí donde viene lo premonitorio. Justo en el momento en que estaba cantando "quiero que no me abandones, amigo mío al alba" ¡PLAS! me la pego contra un coche. El impacto fue brutal, me saltaron las gafas y entré en shock. El airbag estaba de puente y mi habla también. Me quedé muda. Permanecí así unos instantes hasta que una chica joven se acercó a mí y me preguntó si estaba bien. No sé si estoy, si no estoy, no sé cómo asimilar esto. Un coche ha caído del cielo y se ha estrellado delante de nosotras. De pronto pensé que dentro del coche tendría que haber alguien. Los coches teledirigidos no circulan por la M-40. La chica me dijo que no lo sabía. Salí del coche disparada, sin pensar en mis lesiones, me acerqué al coche aplastado boca arriba y pensé que quien estuviera dentro estaría hecho pedazos. Aún así, me agaché, casi arrastrándome para intentar ver algo en ese amasijo de chatarras y vi un costado al aire y unos vaqueros por donde caía un chorrito de sangre. Le pregunté a gritos si estaba vivo. Por Diós, responde. Escuchaba algo, una voz, como si fuera una radio encendida dando la lata. Entonces ese costado desnudo se movió casi serpenteando. Estaba vivo y se llama Sergio. Rodeé el coche para ver si conseguía un hueco por el que asomarme y poder calmarle hasta que vinieran a rescatarle, pero afortunadamente había otro chico con el cuerpo casi dentro apaciguándolo. Estaba bien, angustiosamente consciente de que tenía un amasijo de chatarra encima de él, pero podía respirar y hablar. Regresé a mi coche. El otro chico se quedó con él. Entonces fue cuando me derrumbé. La maldita empatía me llega en el momento menos indicado. Me puse en la piel del accidentado y sentí su angustia, su soledad, su invisibilidad. Y justo en el momento en que el ataque de llantina se me había subido a la cabeza, llegó un cámara de televisión. Le pedí que no me filmara, que se lo contaran otros, que yo tenía mucha tristeza en el cuerpo para hablar. Después llamé a Pez Figurín y la pobre amiga del alma se cogió un taxi hasta el acciddente. Llegó y me acompañó pasando un frío que pela durante las dos horas que duró la investigación. El policía más guapo fue el que más cariño nos demostró, el más atento y solícito (los que me conocéis sabéis mi devoción por los polis) y finalmente pudimos abandonar el lugar de la tragedia sabiendo que Sergio se encontraba milagrosamente bien.
Hubo un ángel en el Alba de Aute, un ángel premonitorio y ahora siento que en realidad esa canción que se me había metido en la cabeza no era sino una oración pidiendo al ángel que me protege y me salva de todas, que no me abandonara en la noche más larga, en las madrugadas que me dan miedo porque están llenas de buitres que van extendiendo sus alas.
Y aún hoy sigo cantando Al alba. Le tendré que pedir a Aute que me exorcice.
P.S. El cuadro es de Aute, es que también pinta.

domingo, noviembre 26, 2006

Lucía versus Gabriel





Mi pececilla me ha enviado un artículo que considero de interés general escrito por Lucía Etxebarría, un pez algo conflictivo en un acuario que está lleno de pirañas con pantalones. El hecho de incluírlo en mi blog no significa que delimite el proceso creativo del premio nobel. Que no se nos olvide que el tema ya ha sido escrito a lo largo de los siglos. Léase a André Gide). Ahora sólo ahora, que no en otro post, me interesa el sexismo que existe en literatura y el estigma que sigue recayendo en las escritoras que no nos ponemos límites a la hora de crear. Pero no digo más sobre el tema. Leed, que no tiene desperdicio.
Gracias, Lucía, porque no dejas que nadie te tape la boca y sigues luchando por nuestra dignidad.
A propósito, ¿alguien ha echado un vistazo a la lista de quienes ganan los premios literarios de poesía en este país? ¿cuántas escritoras encabezan las listas de los libros más vendidos?

García Márquez y la apología de la explotación infantil
Lucía Etxebarría*





Argumento de una novela: Un periodista ochentón verifica, entristecido, que su potencia sexual ya no es la que era. Cosas de la edad. Llama entonces a su proxeneta de confianza, aquel que le proporciona –a él y a media ciudad– los mejores chaperos, y le pide que le busque un jovencito al que nadie haya tocado. El proxeneta le llama unos días después: ha localizado a un magrebí de barriada obrera, de catorce años, virgen con garantía, cuya familia está de acuerdo en vender los favores del chaval porque el padre está en paro desde tiempo inmemorial. La noche acordada, el proxeneta le proporciona una droga al chico para tranquilizarlo y favorecer los avances del anciano pero con tan mala fortuna que el chico, agotado tras una jornada particularmente dura –pues a pesar de su corta edad ya trabaja ilegalmente en una fábrica– se queda tan profundamente dormido como para hacer imposible su desfloración. El viejo permanece toda la noche contemplándolo, extasiado con su belleza, y cuando vuelve a casa el ochentón lleva tal calentón encima que, ante la visión del derrière de su secretario, que está agachado recogiendo unos papeles, no puede contenerse y le viola. Luego, le arroja unos billetes a modo de compensación.

Si este libro se publicara en España, el escándalo sería mayúsculo, del tipo del que le cayó encima a Arthur C. Clarke en 1998, cuando The Mirror le acusó de ser un pedófilo. O sin ir más lejos, mi amiga Lola Beccaria tuvo que oír de todo a propósito de la publicación de su novela Una mujer desnuda, en la que se narran las relaciones de una prepúber con un amigo de su padre. Pero resulta que cuando sale al mercado un libro con el mismo argumento, el mismo, pero con la sutil diferencia de que el putero es un señor heterosexual y la niña vendida y la criada violada (analmente, por cierto), nos encontramos entonces con “una admirable historia de amor... una estupenda metáfora de la sociedad donde todos caben con suficiencias o exageraciones, una novelita-joya que contiene sabias frases de prosa brillante, desbordante, donde la pasión tardía se enseñorea en el corazón del viejo”, en palabras de la crítica. Toma ya. Botón de muestra que describe al aluvión de reseñas favorables que se ha desbordado por los suplementos culturales españoles, unánimes en su admiración. Sí, me estoy refiriendo a la última novela de García Márquez, al que, como Premio Nobel, se supone que debemos respeto. Premio Nobel de la Paz fue también Henry Kissinger, responsable directo del golpe de Estado militar contra Allende y de todas las dictaduras (incluidas las que falsamente se disfrazan de democracias) que campean hoy en América Latina.

¿Les he convencido con este ejemplo del androcentrismo imperante en la crítica literaria? Pues daré otro: En cada entrevista, cada una, que he hecho de entre las más o menos veinticinco a propósito de la edición francesa de mi libro Una historia de amor como otra cualquiera me han hecho la misma pregunta: ¿Por qué sus protagonistas son mujeres? Estoy por ver que alguien le pregunte a Houllebeq o a Beigbeder la cuestión inversa. Y no se lo preguntan porque, pese a que las mujeres seamos mayoría en el mundo (53 por ciento de la población), a día de hoy lo masculino es la norma y lo femenino es la desviación, y por eso resulta tan extraño que se escriba sobre mujeres.

Podría escribir sobre muchísimas escritoras injustamente olvidadas o no reconocidas en su valía: Ángela Figueras Aymerich, María Teresa León, Rosa Chacel... Podría hablar de una conversación con la hija de Carmen Laforet en la que ella me confirmó lo que yo ya sospechaba: que su madre había dejado de escribir, incapaz de soportar la presión y las críticas (algo parecido me pasó a mí, que me plantée muy en serio abandonar el oficio después de la reacción que suscitó mi segunda novela, Beatriz y los cuerpos celestes).

Podría escribir de Ana María Matute, que sufrió los embates de una censura feroz que le impidió ejercer su escritura en libertad. Podría hablar de cómo El País, el supuesto diario “progresista español”, publicó, para cerrar el último número del siglo veinte de su suplemento cultural, un artículo titulado “ Los mejores escritores españoles del siglo” en el que no se incluía a una sola mujer...

Y entre tanto, mientras todo el mundo se rasga las vestiduras al hablar de páginas de pedofilia en internet, el Nobel, sus editores y su agente se llenan los bolsillos de plata, y en este país se oculta el triste hecho de que el 75 por ciento de los hombres que pegan a sus mujeres abusan también de sus hijas, y la sociedad bienpensante cierra los ojos al pasar por la calle de la Cruz, por la Montera, o por la casa de Campo, donde muchas menores de edad se ven obligadas a vender su cuerpo para lucrar a las mafias que las explotan, porque vivimos en un mundo plagado de millones de putas tristes que no lo son porque les da la gana, sino, precisamente, porque una cultura machista, perpetuada por la literatura, por los textos escolares, por el cine, por la publicidad, por la tradición, ha enseñado y sigue enseñando a los varones que la explotación y el maltrato a la mujer no solo es un hecho permisible, sino romántico. Como también enseña que la mujer deseable es aquella mujer bella que no habla, que solo nos escucha, y jamás nos contradice y, por lo tanto, si se pasa la vida dormida, tanto mejor, porque ya se sabe que, desde siempre, a los hombres nos gusta cuando callamos, porque estamos como ausentes y porque calladitas estamos más monas, y que el amor, según mucha literatura, no es un intercambio adulto y consensuado en el que cada cual da y recibe, sino una relación de dominación en la que una parte de la pareja se somete totalmente a la otra.

¡Lucía, por favor, es solo ficción!, dirán algunos. Pero cito a Florence Thomas cuando escribe: “El lenguaje es el fundamento de la reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y de representación de la realidad y por consiguiente de la acción sobre ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través de él internalizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo femenino y de lo masculino, entre otras.” En cristiano: que de lo que se lee, se aprende, y que la única forma de cambiar la sociedad pasa por intentar transformar los modelos de representación que reproducen las estructuras dominantes.

En un país como Colombia, en el que casi 40.000 menores de edad practican ( y no libremente) la prostitución, según estimaciones más que fiables de la DAS y la Interpol, y en el que todas las fuentes coinciden en afirmar que el ingreso de niños y niñas a la prostitución es cada día mayor y las edades de vinculación cada vez más tempranas, ¿ no podría haber aprovechado el Premio Nobel la plataforma que le ofrecen su fama y su prestigio para ayudar a luchar contra semejante lacra en lugar de idealizarla y glorificarla? Y cuando media España protesta unánimemente contra los casos de prostitución infantil de Barcelona ¿no es hipocresía que nadie, en ninguno de los medios mal llamados suplementos culturales de este país, se haya atrevido a alzar el gallo para decir que García Márquez puede escribir mejor o peor, pero que lo que ha escrito se llama apología de la explotación infantil y de la violación, y que como tal debe leerse, y nunca como historia de amor?

Me gustaría que este artículo se fuera pasando en red a todos los colectivos feministas, o a las listas de correos. En el hecho de que todos los suplementos “culturales” españoles han puesto la novela por las nubes. Si admitimos en hipótesis que sí, que cada cual puede escribir lo que le dé la gana, dado que todo se puede hacer desde la ficción –o eso dice la crítica– y que lo importa es la belleza de la obra, y que por eso García Márquez tiene derecho a escribir sobre lo que a él le guste, al menos tengamos en cuenta que lo que no se puede hacer, desde la crítica, es llamar “historia de amor” a una relación de abuso, porque eso que es hacer apología, o no advertir que el protagonista de este libro en ningún momento se cuestiona la legitimidad de comprar los favores sexuales de una menor y de drogarla para que los realice, ni de violar analmente a una criada que depende del violador para su sustento. Combatamos al machismo institucional desde la red, que es lo único que nos queda.

jueves, noviembre 23, 2006

Memoria y Razón


Hace ya mucho tiempo que no me dejan con la boca abierta los eruditos. Quizás sea porque hace mucho tiempo que mis ídolos de antaño dejaron de ser mis dioses. Ahora prefiero venerar a los humanos y sorprenderme no por lo que saben sino por cómo razonan y sienten. Estoy harta de lo expositivo; el gran escudo de quien no tiene nada que aportar y hace alarde de su memoria y te recita versos como la lista de la compra y te dice que si aquél dijo... o el otro piensa... o qué sé yo, si no lo puedo comprobar (no tengo tiempo). Que si ya lo decía Platón, que si Barthes pensaba que, que si pitos y flautas. El caso es no mojarse, no aportar nada más por miedo a que se derrrumbe el altar de conocimientos apilados en su memoria para deleite de los "escuchantes". Qué sopor. Por eso hace mucho tiempo que no me interesa escuchar discursos referidos si no hay detrás un ejercicio nemotécnico o de simple entretenimiento o un motivo de discusión.
Recuerdo un año en 4º o 5º de carrera. Yo tenía algún que otro problema para acudir a clase de Filosofía (vivía entre Italia y España) y le daba mayor importancia a las asignaturas de lingüística. Se acercó la fecha del exámen y yo no me había dado cuenta de que no me había preparado el exámen de Filosofía. Una compañera muy bien intencionada me prestó todos sus apuntes. Un caos. No entendía nada y el tiempo se acabó. Decidí presentarme al exámen, anyway. El exámen consistía en un comentario de texto de Nietzsche y el lenguaje en el que teníamos que alojar todo nuestro conocimiento sobre el tema. Durante diez minutos permanecí frente al texto absolutamente ignorante de cuál era la teoría lingüística del filósofo. Tenía dos opciones: o me iba, o me quedaba y me explayaba en mis propias argumentaciones. Me quedé y el tiempo que duró el exámen lo pasé criticando cada uno de los puntos del texto. Cualquiera habría pensado que yo odiaba a Nietzsche a juzgar por la crítica que le hice. Literalmente lo derribé con mis arriesgadas argumentaciones. Al cabo de un mes el profesor nos citó por apellidos en su despacho para darnos las notas del exámen. Yo me moría de vergüenza porque esperaba un 0 despiadado (delante de los otros 3 alumnos que entraron conmigo) por atentar contra los razonamientos del gran filósofo. Mi sopresa fue de un 9. Yo le miré extrañanda y le dije que era un error. Entonces él me miró y me dijo: Beatriz, esto es filosofía. Te has arriesgado, pero has hecho filosofía.
Desde entonces, sigo en mi línea argumentativa (algo pesadita, no lo niego) e intento aportar mi visión de las cosas a este mundo que sigue haciéndose, no sólo con el andar de los tiempos, sino con el pensamiento individual. Y habrá veces que se me escapen algunas tonterías, algunas incoherencias, algunas brutalidades, pero tengo el orgullo de saber que, al menos, me he arriesgado y soy una obrera activa que trabaja en un andamio del pensamiento y el discurso mientras otros se limitan a mirar desde el suelo asfaltado.

jueves, octubre 26, 2006

Gaviota cumple años otra vez

Cualquiera diría que nos hace mucha gracia que sean los otros los que cumplen años. Y quizás sea verdad, Gaviota, porque son los otros los que envejecen mientras nosotras seguimos ahí sentadas en ese sofá setentero de flores, riéndonos del paso del tiempo, del fotógrafo que no saldrá en la foto, de la mímica de mamá y papá para que tú te rieras, porque supongo que tú te reías de eso, aunque no sabías que yo me estaba riendo de la trastada que acaba de hacer (tiré el puré de lentejas por la ventana y me cargué el toldo de la vecina de abajo) y de la que estaba a punto de liar (mojé tu chupete en guindilla). Claro que lo recuerdas. Eras mi muñeco gemelo. Mamá nos vestía como gemelitas, aunque yo te sacaba una cabeza. Nunca entendí por qué cada una dormía en una habitación. ¿Recuerdas cuando dormíamos juntas (tú con la cabeza a los pies de la cama)? No me acuerdo mucho de esas cosas y sin embargo, parece que fue ayer cuando a papá le daba la neura de ir a Bilbao a comer un domingo, nos levantaba de madrugada y nos metía en el coche con nuestras almohadas. ¿Recuerdas cuando el 127 se hacía cama y nos íbamos a la playa durmiendo a pata suelta? Hoy en día sería imposible. Con el carnet por puntos papá ya no podría conducir. ¿Recuerdas cómo te enfadaba que a tu canario lo llamara Felisín? Lo que supongo que no recuerdas es que comías el doble que yo porque te echaba parte de mi comida en tu plato y a veces no te enterabas. Todos decían que yo era un palillo porque había salido a la familia de papá y tú eras redondita porque te tocó salir a los Sanchenstein. Ingenuos.
Quién habría dicho que ?? años más tarde te harías berlinesa y que ya en todos tus cumpleaños haría un frío que pela (aquí sólo llueve) y que me tocaría ir todos los octubres a verte a Berlín. Este año voy con Hada Buena que no está en la foto pero seguro que le estaban sacando una casi al mismo tiempo. ?? años han pasado desde entonces y ya no nos visten como gemelitas ni tampoco te saco una cabeza. Sin embargo y aunque suene cursi, nuestros corazones sí están gemelados porque allá donde tú vayas o donde yo esté estarán juntos como dos partes inalienables de nuestros cuerpos, como las patas de un compás, las ruedas de una bicicleta, un par de zapatos o calcetines o los cristales de unas gafas.
Es bello mirar atrás y ver que el camino lo hemos hecho juntas.
Felicidades Tatita.

miércoles, octubre 11, 2006

I am your water, my friend


Desde que me he enamorado de Bruce Lee no pego ojo y mi ibookito está menopaúsico de tanto servir de soporte a mi ensimismamiento. Y es que últimamente estoy que no me aclaro. Me dan las mil viendo y requeteviendo el anuncio de BMW donde Bruce se me declara y me pide que sea toda agua. Pues eso, toda agua. El pobre ibookito no puede más con mi obsesión, está entrando en cortocircuito. No me extrañaría que me denunciara a la S.P.L. (sociedad de proteción de Laptop) por abusos funcionales. Y no es para menos. Llevo todo el día intentando poner su sonrisa de salvapantallas. El caso es que desde que le he visto en la tele que nunca veo, me he enamorado como una quinceañera. "Pero hija -- me ha dicho Gaviota -- si está muerto". "Y, ¿qué? de todas formas nunca lo habría conocido, ¡qué más me da! Estoy enamorada y ya está. Qué ganas de fastidiarle a una sus enamoramientos". Ojalá fuera tan sencillo. Ojalá a lo largo de mi vida me hubiera enamorado de los vivos. Bueno, sí, de alguno me he enamorado, pero ahora ellos también está muertos. Porque, estaba yo pensando. ¿No está, acaso, muerto aquél que ya no te ama? ¿no se ha llevado consigo las caricias, lo besos y los orgasmos mañaneros? De los ex sólo queda eso, la titularidad de ex, porque lo demás es un réquiem al difunto. Y como dicen en el pueblo de muchos "el muerto al hoyo y el vivo al bollo".
Estos días son un poco extraños para mí. He de hacer un viaje en el tiempo y en ese viaje está previsto el reencuentro con un difunto. Siempre me dieron miedo los fantasmas. De niña solía dormir con la luz del pasillo encendida. Pero ahora es diferente, ¿qué luz podría encender para no sentir este miedo al fantasma? Ni el cielo con su luz puede protegerme del susto ni guiarme por una vereda de farolas fundidas. Ojalá se inventaran linternas para estos casos (no me vale un lexatín). El caso es que últimamente me siento de lo más mitológica. Desde que no pude ser Clairwill en el meediometraje, me ha dado por vestirme de Orfeo, pero con una pequeña variación. Pretendo adentrarme en el finger de un avión para llegar al meollo de la cueva y rescatar a Eurídice de sus profundidades. Y justo en el momento en que se cumplirá la profecía y todos esperaréis que se convierta en estatua de sal. NO. Me pondré mi equipo de Ghost buster y lo introduciré a presión en una lata de sardinas, lo tiraré al mar y se lo comerán los delfines.
En fin, que sólo espero que de esta heróica hazaña mis pies se tornen plomo apegado a la tierra y cuelgue de una vez los hábitos de Ghost buster.
Y mientras, seguiré siendo agua para Bruce, o hasta que tú, Pez X, te aclares.

domingo, octubre 01, 2006

Infarto cinematográfico


Ya se ha acabado el rodaje del mediometraje de Miguel Ángel Barroso: Infarto con rotura de corazón. Ya se han acabado ser una vaca polifacética que grita "un minuto de silencio" y se queda con el cuerpo congelado, casi sin respirar, esperando la confirmación de Imagen y Sonido y el chasquido de la claqueta y a Barroso diciendo ¡Acción!. Ya se acabaron los desayunos en la cocina, el caos de magdalenas y croissantes, los litros de café sin espuma, la basura no reciclada que a Pez Jesús (el inquilino invadido y secuestrado en su habitación) le provocaba una úlcera. Ya se acabó mi dúo cómico con Pez figurín y los recaditos con Pez productor. Ya se han acabado las llantinas backtage por empatía de Pez figurín y la vaca que llora con la interpretación de Pez pedazo de artista Ainoha (nunca sé dónde poner la H) que superó la posibilidad de interpretar un personaje tan complicado llegando incluso a donde no llega la superación. En fin, que menudo elenco técnico y artístico hemos tenido en el mediometraje. Los pececillos de sonido, con una paciencia meticulosa y un saber hacer que me dejó con la boca a medio cerrar. Los pececillos luciérnagas, tan silenciosos como la luz, me hicieron creer que Hollywood es el principio. Pez Toral, con su pértiga parecía alcanzar la luna y la alcanzó. Al menos yo le he visto llegar y plantar su bandera, como en las playas (aún no sé de qué color). Pez ojo de cielo no tiene pestañas o al menos no mientras posa su ojo en el visor de la cámara y se hace el radiólogo emocional y nos cede sus cristales de caleidoscopio y nos incrusta en el alma la realidad y el sueño en una sola toma. Mi querida Pez María lo bordó no sólo porque ella lo vale como actriz y Juana de Arco, sino por su tesón y esos ojos de Swanson que os va a dejar aniquilados cuando la veais en su interpretación. Y mi querida Pez Ruth que a lo Clairwill nos quitó el impermeable y nos sacudió en la cara que para ser actriz hay que valer, como ella lo vale, y aprenderse un texto tan jodido en unas horas (Pez María también). Y me queda mi querida amiga Pez Maki, que no hace sushi sino que metamorfosea a los personajes con una brocha que no sólo se impregna de pigmentos sino de su inquietante devoción. Y otra mención a mi otra querida amiga Pez figurín que no sólo es la más glamourosa de las estilistas que ha pisado un escenario sino que me ha vestido con un atuendo de amistad y complicidad que no me quito ni para irme a dormir. Y mención especial para mis amigas de siempre, madre e hija Pez Elena y Pececilla Belén que debutaron en la escena y me apoyaron en los momentos de declive de una vaca ayudante de dirección accidental que jamás olvidará la oportunidad que le dio Pez Barroso de poderse rodear no sólo de cine y emoción sino de calidad humana. Pez Barroso cumplió su sueño que ha sido para mí una inestimable realidad y le deseo que se cumpla el otro sueño, el que os llevará a todos al cine.
Y a ti, Pez Velasco, el más entregado y humanamente actor que he encontrado en mi escasa vida cinematográfica. Tú, que te entregaste en cuerpo y alma en el difícil papel que te tocó interpretar y fuiste no sólo eso, sino el apaciguador de las mareas y el consuelo del mal trago. Tú te mereces mi devoción y mucho más.
Y a ti, pez productor, qué te voy a contar. Gracias compañero por ser mi tandem y hacer que entre tanto dramón de rodaje me riera un poquito más.

viernes, septiembre 29, 2006

La vaca flash back



Estas última semanas han transcurrido en un ir y venir de espectáculo en espectáculo y entre todas ellas me he decidido por hablar de la gran experiencia que me supuso poder asistir al gran concierto del año para mí. George Michael en persona después de 20 años esperándolo. El Palacio de los deportes estaba apabullantemente colmado de fans del causante de tantos romances adolescentes a lo Careless Whisper. Para la vaca que escribe supuso un flash back a los 15 años. Mi habitación estaba empapelada con pósters de mi ídolo y mi vida también. Recuerdo que mi primer amor adolescente era la versión española del cantante británico. Duramos 3 años, al igual que duró mi pasión quinceañera por George. Lo llamábamos Jorge Miguel debido a su impactante parecido físico. Quién sabe si ha tenido la suerte de envejecer de la misma manera. La noche del concierto me trasladé a aquellos años. En medio de tantos seguidores me encontré arropada, quizás porque a todos nos llegaron los mismos recuerdos. El espectáculo fue impresionante y es que él siempre lo hizo todo a lo grande. Macropantallas en el escenario proyectando imágenes eclécticas de glamour y protesta social. George es grande y sobre todo, George es voz y sensualidad. El directo es mucho más de lo que me habría imaginado. Todo el Palacio se venía abajo con sus movimientos de cadera. Eres único pensaba mientras la emoción hacía que sus canciones se entrecortaran en mi garganta. El Palacio se venía abajo, sí y por primera vez en muchos años sentí que de nuevo tenía 15 años y suspiré de alegría. Éramos 6 locas que bailaban atravesadas por su música. Éramos 6 entre 15.000 personas, quizás.
George se hizo de rogar durante el concierto. Sabía que no podía dejarnos sin su Careless Whisper y justo cuando se apagaron las luces y se acabó el concierto, sonó la trompeta y después su voz. El susurro me atravesó y me emocioné. La vaca que escribe ahora tenía 15 años de verdad. Sólo él, a pesar de no estar muerto, ha conseguido que le idolatre. Sólo él de entre los vivos. Ni cineastas ni dramaturgos ni poetas ni artistas ni romanceros me hicieron nunca llorar hacia atrás. Gracias George por mantener el vínculo con mi Yo adolescente. Gracias, te sigo.
P.S. Una tiene sus debilidades y ésta es una de ellas.

domingo, septiembre 10, 2006

Memoria reciente o selectiva


En la víspera del 5º centenario del 11-s no hay forma de escaparse a la tormenta informativa en torno al tema. Otro aniversario de la gran tragedia para demostrarnos que sí tenemos memoria, que no nos podemos olvidar de una catástrofe de este calibre. No, si no nos olvidamos aunque queramos, si no se puede, no nos dejan. Y me parece bien. Sin embargo, ¿por qué se nos ha quedado grabada a cuchillo esta fecha y no otras? ¿qué tipo de memoria catastrófica tenemos los occidentales? ¿reciente, selectiva, impuesta, interesada?
"Cuando escuchamos los recuerdos de los sobrevivientes nos damos cuenta de que es muy dificil transformar esos recuerdos en memoria colectiva. Y no es mera casualidad que el idioma, por lo menos ciertos idiomas, tengan palabras distintas para estos dos conceptos que no son lo mismo. Una cosa es recuerdo y otra es memoria (en francés souvenir y mémoire, en inglés recollection y memory)"-Conferencia dictada el 7 de agosto de 2002 en la Fundación Memoria del Holocausto. Dr. David Bankier.
Es domingo, hace un sol incondicional que me ruega que salga a verlo y lo disfrute recostada en la tumbona de mi jardín mientras me broncea y me hace más hermosa. Pues no puedo, porque mañana es El Aniversario y, desgraciadamente para mí, sólo hoy vuelvo a tener memoria. Sí, porque es eso, sólo un par de días de memoria selectiva y ala, regreso a la amnesia hasta el próximo aniversario exprimido hasta el último aliento de voz y pluma. Sin embargo, hoy quiero que mi memoria se expanda y la vuestra también. Si la tragedia del 11-s y el 11-m es la favorita por la memoria nacional y occidental, yo voy a añadir otras fechas: 6-Ag, 6-Ab, 30-J, 5-F, 16-S, 19-S, 23-S, etc..., tocados y hundidos.
- Hiroshima y Nagashaki.
EEl 6 de agosto de 1945, la ciudad japonesa de Hiroshima, situada en Honshu, la isla principal del Japón, sufrió la devastación, hasta entonces desconocida, de un ataque nuclear. Los daños fueron inenarrables, pero la verdadera tragedia fue la pérdida de vidas humanas. Hiroshima, con una población de 350 mil habitantes, perdió instantáneamente a 70 mil y en los siguientes cinco años murieron 70 mil más a causa de la radiación. En Nagasaki, donde había 270 mil habitantes, murieron más de 70 mil antes de que terminara el año y miles más durante los siguientes años. Se calcula que en total murieron cerca de 250 mil personas.
- Rwanda.
En agosto de 1995 tropas zaireñas intentan expulsar a los desplazados a Ruanda. Catorce mil personas son devueltas a Ruanda, mientras que otras 150.000 se refugian en las montañas. Más de 500.000 personas fueron asesinadas y casi cada una de las mujeres que sobrevivieron al genocidio fueron violadas. Muchos de los 5.000 niños nacidos fruto de esas violaciones fueron asesinados. Véase la película Hotel Rwanda.
- Genocidio armenio.
Del 23 al 24 de Abril de 1915 fueron detenidos, deportados a Anatolia y asesinados unos 650 dirigentes armenios de Constantinopla. A partir de entonces, se dio la orden de deportación de la población civil, desde las zonas de guerra en el Cáucaso, hacia los centros de reinstalación, en los desiertos de Siria y Mesopotamia. El mismo esquema de arresto y asesinato de los líderes y de los hombres mayores de 15 años, así como la deportación del resto de la población -mujeres, ancianos y niños-, hacia los desiertos de Siria, se repitió en todos las localidades armenias.
Muchos pensaréis "¡Ala! ¿dónde vas? un poco más y te vas a la expulsión de los moriscos por los RRCC?" Ya, pero he aplicado la memoria selectiva y la reciente. Ocurrió en el mismo siglo en que nací y aún puede haber algún hijo de supervivientes. Por consideración con ellos, lo incluyo.
- Genocidio camboyano.
El
genocidio camboyano fue ejecutado por el régimen de los Jemeres Rojos, el partido político que gobernó la llamada Kampuchea Democrática de ideología maoista entre 1975 y 1979, con una concepción de revolución radical. Durante el tiempo del gobierno de los Jemeres Rojos desaparecieron entre dos y tres millones de personas, por lo cual se constituyó en 2006 un Tribunal internacional para llevar a cabo el Juicio a los Jemeres Rojos en 2007.
- Las madres de la Plaza de mayo
. La guerra sucia en Argentina. CCD La perla. CCD La mansión Seré. Se ha calculado que “desaparecieron” entre 20 y 30 mil personas. Había mujeres “subversivas” que estaban embarazadas en el momento de su detención y, cuando daban a luz, los militares las mataban y entregaban a sus bebés a las familias de militares o de funcionarios ligados a la dictadura.
- La masacre de Sierra Leona.
El punto de partida se sitúa en 1991. El entonces presidente del país, Joseph Momoh, intervino en la guerra civil que se estaba librando en Liberia, apoyando a una de las partes, las fuerzas regionales del Ecomog. Charles Taylor, líder del principal grupo guerrillero liberiano, decidió vengarse y propició la creación de una guerrilla en la zona oriental de Sierra Leona: el FRU (Frente Revolucionario Unido). Estos rebeldes, liderados por Foday Sankoh, alias Papi, han intentado, desde entonces, hacerse con el poder aterrorizando a la población civil.- Enero de 1999 fue el mes del resurgir de la violencia. Los rebeldes del FRU se dirigieron y llegaron a entrar en Freetown, la capital, dejando tras de sí un reguero de cadáveres, mujeres violadas, y niños sin labios, brazos o piernas. Exigían la puesta en libertad de su líder, Sankoh, quien estaba en prisión desde 1997, acusado de tráfico de armas. Tras una cruenta guerra, se firmó la paz en julio en Lomé (Togo), recibiendo los propios rebeldes puestos en el Gobierno.
- Matanzas de Sabra y Chatila. El 16 de septiembre
al anochecer y en una ciudad bajo control militar israelí, unos 200 milicianos falangistas dirigidos por Elie Hobeika, sucesor de Gemayel, se adentran en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, situados en las afueras de Beirut. Su misión era localizar posibles guerrilleros en retirada de la OLP y desarmarlos, pero lo que sucedió en realidad fue una masacre de palestinos, la inmensa mayoría civiles indefensos, que se prolongó durante más de 30 horas.
Y no nos olvidemos del Conflicto de Darfur.
-Segunda guerra del Congo. Esta guerra se inició en 1998
y terminó formalmente en el 2003 cuando asumió el poder un gobierno de transición. Los combatientes provenían de nueve países africanos (además de veinte facciones armadas), transformándola en el conflicto continental más grande que se tenga noticia. Conocida como la Guerra Mundial Africana o la Gran Guerra de África, provocó la muerte estimada de 3,8 millones de personas, la mayoría de ellas por hambre y enfermedad.
Y no nos olvidemos de lo que ocurrió en Costa de Marfil.
-Guerra civil en Costa de Marfil. "La de Costa de Marfil es una de esas innumerables guerras olvidadas contra las que nadie se manifiesta por la simple razón de no estar implicadas en ellas los Estados Unidos de América"

En fin, que ahí queda eso, y seguro que mucho más, en mi memoria reciente y selectiva. Y ahora, me voy a recostarme en mi tumbona a seguir con mi exámen de conciencia mientras el sol me broncea.



jueves, septiembre 07, 2006

Gane un green card americano


Esta mañana cierro mi correo Yahoo y me aparece el siguiente anuncio:
Tiene ----- minutos para esta oferta especial. No pierda su chance de vivir y trabajar en Estados Unidoss Su nueva vida en América comienza aquí.

O sea, que en el sorteo de entrada en el Gran Estado, tenemos x minutos para decidirnos a rellenar un formulario. No, si lo de la cuenta atrás ya se traslada al papeleo burocrático, como si esa cuenta atrás fuera la condena de nuestras miserables vidas a la silla eléctrica y tras nuestra muerte encontráramos el paraíso americano. Que no se enteran que EEUU está demodée y no me extraña. Recuerdo en mis buenos tiempos aéreos el calvario que nos hacían pasar las autoriadades americanas con sus absurdas normas para la entrada de alimentos. Recuerdo cómo antes de aterrizar nos veíamos envueltas en un lío de aquí para allá buscando por todos los rincones del avión una fruta o un yogur despistado para depositarlo en una bolsa de basura que entregábamos a seguridad aeropuertaria en cuanto abríamos las puertas del avión. También recuerdo, y esto también nos lo exige el Reino Unido (tal para cuál), cómo nos volvíamos locos haciendo el inventario del alcohol que quedaba en el avión, adecuadamente reflejado en formularios llenos de códigos y claves. Todo esto mientras unos se dedicaban a la recolecta de fruta, otros aseguraban la cabina, otros recogían los restos, otros se cortaban las venas en el baño (éramos 4 tripulantes para la cabina de turista) y el sobrecargo se levantaba de la supersiesta a protestar porque se nos había corrido el rímel y el moño estaba despeinado. Pero la cosa no acababa ahí, aún quedaba lo peor. La humillación que nos hacían pasar era tal que a veces me daban ganas de arrodillarme con los brazos en cruz y pedirles que me flagelaran, que todo era culpa nuestra por llevar tanta sangre árabe en las venas. Sorry, sorry, sorry, mil veces sorry. Y después de hacernos la foto de la pupila, registrar nuestras huellas y enseñales los dientes, como si fuéramos reses, nos concedían el privilegio de ingresar en su mundo feliz. Tienen suerte de que mi amor por Nueva York sea tan desmedido que sea capaz de aguantar todo lo que aguanté para entrar en cumplimineto con mi obligación laboral. Otra ciudad y me doy de baja por estrés.
La salida era aún peor, nos hacían descalzarnos y caminar sobre una alfombra mugrosa que atravesaba el detector de metales. Un día decidí negarme, con el consiguiente acojone de mi tripulación. No me descalcé y la policía obesa (como no) me llevó a un apartado y me hizo descalzarme sobre una alfombra aún más mugrosa. Me negué a quitarme los zapatos, explicándole que no quería llevarme a mi país ningún virus que hubiera en la alfombra y ella me dijo "You have no option". Osea, que a mí me quitan mi manzana para no transmitir ninguna enfermedad a su "Mundo feliz" y mis pies pueden exportar sus enfermedades raras.
Todo esto viene porque el otro día en el aeropuerto me partía de risa escuchando el mensaje de megafonía informándonos que en los vuelos a Argentina y Estados Unidos no se podía llevar líquidos ni geles en el equipaje de mano. Otra de sus excentricidades. No tuvieron bastante con prohibir los cubiertos metálicos, no, ahora el puntito es líquido. A mí, en el fondo me da igual, pero me divierte ver la poca imaginación que tienen a la hora de prever las posibles armas que se pueden crear con cualquier cosa, botellas de cristal, por poner un ejemplo. Y podría contaros más anéctotas sobre nuestras tribulaciones en el paraíso americano, pero "pá qué". No me extraña que sorteen Green Card, a ver quién tienen la paciencia de soportar todo eso.

lunes, agosto 21, 2006

El mundo es un pueblo


El mundo es un pueblo repleto de jubilados ociosos o de viejas cansadas de sus labores. Vaya donde vaya me encuentro con los mismos patrones sociales. ¿Será algo intrínseco al ser humano? Hasta ahora el ser humano es el que se distingue de otros seres vivos por ser racional. Yo he llegado a la conclusión de que hay algo más. El ser humano se distingue de los demás seres vivos por meterse donde no le llaman. ¿Alguien ha visto, aunque sea en un documental de la 2, a algún animal que vaya a fastidiar a otro animal sin otro motivo que causar fastidio gratuitamente? No me vale la mosca cojonera, que es lo más parecido a ciertas personas. En fin, que todo esto viene a que mi amiga la choupa escribe en un blog que activa mi capacidad de raciocinio y últimamente lo estoy utilizando de input. La choupa habla de su pueblo, que es el pueblo más próximo al mío en mi región de Dejavivir y nos habla del concepto Pudor:
"En mi país pudor es la sensación que tienes ante la vergüenza de meterse en vidas ajenas, ante la falta de dignidad, al observar a un hijo puta planeando la próxima, o al ver la foto de un muerto con la orina en el pantalón. Aquí raramente, pudor tiene significados que no comprendo. Los entiendo pero no los comprendo"
Y es que no hay pudor de ése del que habla mi amiga la Choupa. El ser humano se avergüenza de ver o enseñar una teta y a eso lo llama pudor y sin embargo, violar el derecho a la libertad de pensamiento y comportamiento no es falta de pudor. Y es que a veces me siento tan violada. Nadie toca un cuerpo sin consentimiento porque es una falta de respeto moral y puede estar penado incluso con cárcel y sin embargo, se permite manosear el pensamiento ajeno, violar el derecho que como individuos tenemos de comportarnos individualmente, lejos de patrones socialmente sectarios y comunales. Si el individuo es individuo, ¿no debería comportarse individualmente, con independencia a un movimiento gregario?Si somos individuos somos individuales en cuerpo y alma. ¿Para qué nos llaman individuos? ¿Sólo porque somos alienables físicamente de la masa humana? Por lo que a mí respecta, prefiero ser inalienable físicamente y alienable mental y espiritualmente. Me gusta vivir en comunidad, pero que ni a mi oreja le pongan un microchip ni a mis nalgas una marca comunitaria con un hierro incandescente.

jueves, agosto 17, 2006

La construcción de Dulcinea


Mi amiga la choupa dice en su blog que tiene una buena amiga enamorada del amor. En un principio quise dejarle un comentario, pero al final casi me sale un pseudo ensayo enmarañado e incoherente. Y es que en cuestiones de amor no hay nada que me haga seguir un razonamiento lineal. Los pensamientos se me amontonan a modo de brainstorming y al final no sé ni lo que he dicho es lo que quería decir.
Y puestos a ese brainstorming se me ocurre echarle la culpa a Don Alonso Quijano, precursor, en mi opinión de la novela romántica. El amor o la construcción de Dulcinea. ¿Quién no ha fabricado en alguna ocasión en su vida a una Dulcinea, no a modo del Frankenstein de Shelley, sino a aquella divinidad que parecía recién salida de un barrio mitológico? Quizás me quede yo sola en estos divagueos, no sé. Pero a veces me ocurre que creo ser partícipe de un acontecimiento generacional cuando puede ser que esté completamente sola en la vivencia. Esto me recuerda a cuando era adolescente o casi (siempre fui una niña algo adelantadilla). Recuerdo la primera vez que me "enamorisqueé". Y lo recuerdo a él con 16 años y yo 14. En ese momento aquél chico cantante de un grupo de rumba, con pantalones vaqueros blancos ceñidos, camiseta sin mangas, y pelo a lo "chunguito" era lo más parecido al hombre de mi vida. Lo encontré con 14 años y desde entonces parece que no pasan los años para el embobamiento; sigo encontrándole, no a él, sino a X (incógnita aún sin despejar). El caso es que me pasé dos años enteros esperando una carta suya que no llegó nunca (cual Penélope). Y se hizo verano y volví a la playa y él también. Dos años habían pasado y mi amor por él seguía intacto. Ojalá no me lo hubiera encontrado aquella mañana por la plaza. Ojalá no me hubiera asesinado de un manotazo hernandiano aquel amor de mi pre adolescencia, porque nada más verle se murió como si se hubiera tratado del hechizo de Orfeo y Eurídice. Se murió o se convirtió en aquel muchacho macarra de suburbio cordobés que se volvió loco cuando vio a la princesita vestida de Lacoste. En Shreck pudo resultar que la princesita quisiera transformarse en monstruo para estar con su enamorado. Pero en mi fábula no.
En fin, que la amiga de la Choupa se encuentra algo perdida. Sin referentes la anáfora no tiene sentido, como me imagino que no tiene sentido nada que tenga referentes porque si de algo se puede calificar al amor es de irreferencial. Todos nos vamos fabricando un modelo al que amar y esto da lugar a innumerables psicopatologías debidas a la elección de ese modelo o referente. La amiga de la choupa se hace un lío con los referentes. No tiene muy claro cuál es el que busca. A ella le vale cualquiera porque está enamorada del amor y no importan sus referencias. Ella quiere amar y si no lo encuentra cerca, se lo busca lejos.
El inconveniente de estar enamorada del amor y encontrar a un amor cercano es que tarde o temprano se va a descubrir que no es lo que parecía ser o no es lo que ella imaginó que sería. La ventaja de estar enamorada de alguien físicamente lejano es que no hay forma posible de darle una oportunidad de desenmascaramiento. Y esto me hace recordar a mi grande amore italiano. Durante 6 años amé incondicional y exclusivamente a mi primer amor "verdadero". Y ahora que han pasado tantos años me pregunto si en verdad lo amé a él o a la imagen que tenía de él. Es muy posible que se trate del sengundo término. Afortunadamente no lo he vuelto a ver y no tengo forma de cargarme la imagen idolatrada de príncipe italiano que tengo de él y de aquellos años de enamoramiento pasional de a vida o a muerte.
Y la Choupa concluye:
"Pero de nuevo el método tiene una trampa, el remolino se centra alrededor de la búsqueda de sorpresas y cuando uno dedica su vida a buscar sorpresas, deja de sorprenderte que ocurran"

Y quizás tenga razón y esto me recuerda de nuevo a la mitología. La amiga de la Choupa ha sido condenada, como lo fueron otros mitos clásicos (Tántalo o Sísifo) a la insatisfación perpetua. Algo parecido a lo que le ocurrió a Orfeo con Eurídice. A ella le ocurre que el enamorado se le convierte en estatua de sal en cuanto lo mira. Quizás por eso no quiera mirarle de frente y prefiera quedarse con la imagen que guarda de él en la distancia, sin posibilidad de que una mirada descuidada o de impaciencia lo desaparezca. Al fin y al cabo amar es lo que cuenta.

¿Qué importa que tú vengas del cielo o del infierno,
¡oh Belleza!, ¡monstruo enorme, espantoso, ingenuo!,
si tus ojos, tu sonrisa, tus pies, me abren la puerta
de un Infinito al que adoro y nunca he conocido?

De Satán o de Dios, ¿qué importa? Angel o sirena,
¿qué importa, si tú haces -hada de ojos de terciopelo,
ritmo, perfume, fulgor, oh mi única reina-
menos horrible el universo y menos pesados los momentos?

del poema: Himno a la Belleza
Charles Baudelaire



miércoles, agosto 09, 2006

Mis mosqueteras

Pez Ale se fue ayer y Pececilla y la vaca que escribe estamos tristes. Carolina del Norte se la ha llevado por un año y a nosotras nos parece un siglo. Nuestra despedida ha durado casi un mes. Es curioso cómo da de sí un mes y sin embargo, que escaso parece cuando queda tanto por hacer y decir. En este mes, mi vida la han ocupado mis mosqueteras. Nos quedó por montar el campamento de pijamas en mi piscina y la guerra de almohadas. Afortunadamente, Pececilla nos llevó a León y montamos allí nuestro acampada. Bueno, en realidad nos llevó Pez Lanza, que tiene una paciencia inestimable y soportó hacer de chófer de tres amigas que en un ataque infantil de flash back no pararon de cantar durante el viaje canciones de Kiss FM, después nos invitó a cenar en Las Cuevas del Túnel en Valdevimbre y aguantó las casi 24 horas que llevaba sin dormir después de haber recorrido el mundo (Madrid - Beijing - Sidney - Madrid - León). Finalmente su pesadilla acabó al llegar a su casa leonina, que pronto se convirtió en una leonera. Tuvo suerte de poder ir a dormir a un hotel y dejarnos solas.
Al día siguiente las tres mosqueteras hicimos de las nuestras en el cuarto de baño. Qué contentas se habrían puesto las firmas de cosméticos al ver el despliegue de productos que inundaban la casa. Y todo para pasear con Gamoneda, que nos llevó de vinitos por el barrio Húmedo. Gamoneda nos enterneció tanto que se nos caía la baba escuchándole. Sobre todo a Pez Ale, que es tan entusiasta de todo lo que admira. Después acabamos en una siesta que duró hasta la noche donde hubo más vinitos por el barrio Húmedo. Allí pudimos encontrarnos con los capitanes de los buques marinos de todo el mundo y con el gran Timonel. Pasamos unos días fantásticos, riéndonos de todo y de nada, con esa complicidad que da el buen entendimiento y la empatía. Y para empatía la de la vaca que escribe con algunos capitanes: Pez Colmo me mataba de risa desde el primer momento. Tiene una gracia "que no se pué aguantar". Se le nota que es actor y tiene club de fans a las que le envía su foto dedicada
(me debe una, por cierto). Pez Tokyo fue un hallazgo no sólo porque coincidíamos en nuestra adicción a las series de tv, sino porque fue mi extintor non-smoking woman. Me ha mentalizado y voy poco a poco gracias a él. Pez Solera y Pez Longo hicieron un dúo casi matrimonial, ácido y mordaz, que fue la alegría de las sobremesas. A Pez Capiroska lo vi muy poco, pero me hizo mucha ilusión el reencuentro. En fin, que dejo el acuario leonino porque eso es otro capítulo aparte y yo quería hablar de mis mosqueteras para que Pez Ale lo lea desde Los Apalaches y se le caigan unas lagrimillas.
Y ya, con todos los regalos puestos por todas las partes de mi casa y con unos cuantos litros de pacharán más, me preparo para el romance epistolar entre las tres mosqueteras. Menos mal que aún puedo disfrutar de mi Pececilla y de ese amor locuaz de brillo cristalino que se nos pone en los ojos cuando ya casi es madrugada y no queremos irnos a dormir porque se está tan agusto een la terraza de su casa, con las velas que compró Pez Lanza. Y sé que habrá muchas noches como ésa y Pez Ale estará de alguna manera con nosotras porque somos una para todas y todas para una en un juramento hecho con las aletillas sobre la tierra y el cielo.

viernes, julio 28, 2006

La vaca se quita el sombrero

Desde este espacio y con la censura que se me impone, me quito el sombrero frente a quienes aún no han perdido la esperanza en la lucha por lo que les es digno y lícito luchar. Cerca de 1000 empleados de esta compañía están a punto de perder su trabajo, de romper su estabilidad familiar (habrá divorcios, depresiones, niños que pagarán las consecuencias, etc...) y sus ilusiones a causa de una desacarada estrategia empresarial por derribar a una compañía de bandera y dejarnos a todos en la calle. A la vaca que escribe no le afecta tanto, tiene otros recursos. Sin embargo, se me parte el alma ver cómo hay compañeros/as cuya dedicación a la empresa ha sido tal que ya no saben ni tienen opción de hacer otra cosa, porque no olvidemos, que en este país se tiene muy en cuenta la edad laboral con el fin de explotar la inexperiencia para su propio beneficio (ese es otro tema más extenso) En fin, que siento mucho los perjuicios que ha ocasionado este levantamiento, pero el cliente sólo arriesga unos días de vacaciones y los trabajadores tienen mucho que perder. Pero mientras en este país sólo se piense en el propio beneficio sin tener en cuenta la dignidad del trabajador no haremos sino ser cada vez menos humanos. ¡¡¡¡Un poco de comprensión, que se están jugando el pan de sus hijos, el cole y la hipoteca!!!! ¡Taco!

viernes, julio 21, 2006

La vaca y Lactomía

Hay milagros que cuesta creer, incluso cuando el milagro puede parecer sin sentido. Porque, ¿qué sentido tiene que la vaca que escribe considere un milagro que el ritmo se le haya metido en el cuerpo y ya no salga de él? Pues mucho, porque la vaca que escribe siempre se ha quejado de ser amusical, de no tener ni la más mínima noción del sonido, ni del ritmo, ni de la armonía. Y ayer, de la mano de mi amigo Pez Miguelong, que tiene una ONG llena de niños y apoya todas las manifestaciones artísticas en su Local 15, se produjo el milagro de la percusión.
Sinho, uno de los percusionitas del grupo Lactomía de Candeal, me metió el ritmo en el cuerpo con su tántantantán-tantantántan-tantántan, y ahora no sé qué hacer para sacármelo. Él se reía anoche, de camino a su casa, porque Pez Miguelong y yo no parábamos de percutir sobre el salpicadero del coche. Esta mañana me he levantado, he cogido mis palillos para sushi y me he puesto a percutir como una posesa sobre la encimera de la cocina, sobre mi piano, sobre la cama, sobre el sofá. No puedo parar, he vaciado 3 latas de conservas y me he puesto a azotarlas con mis palitos, con el deseo de exorcizar a Sinho, que se me ha metido en el cuerpo (es metáfora). Estoy enloquecida. Como siga así, no va a ver un dios que me saque de la vera de Carlinhos Brown en su próxima concentración. Para entonces ya habré hecho muchos adelantos (si no me ataca la volubilidad que me caracteriza).
Y es que desde hace un par de meses todo me apunta a la música. Primero aparece Pez Eric y me graba un millón de cds para ponerme al día. Después, mi profe Pez Piano y yo sacamos una melodía imaginada por mí y yo me emociono y me creo, además, compositora. Después hago un hechizo a Pez Música para que este verano me de clases de estilo musical. Hace dos días invito a Pez Auri a casa a comer y me regala un cd con un archivo de 8 millones de canciones acotadas por un texto que la implica con sus grupos de música favoritos. ¡Un regalo inestimable por mí, Auri! Y ahora, Pez Miguelong me presenta nada menos que a un percusionista de Carlinhos Brown. ¿No creéis que son demasiadas señales? Ya me veo en Bahía, a ritmo de Samba, insistiéndole al tambor de colón de 20 kilos.
Os dejo, que tengo que repercutir.
Tán-tantan-tán-tantantán-tan-tántan-tan

jueves, julio 13, 2006

El surrealismo a la vuelta de la esquina


A veces ocurre que el surrealismo, tan lejano de la vida cotidiana como se cree, se encuentra a la vuelta de la esquina. La palabra surrealista aparece en el subtítulo de Las tetas de Tiresias (drama surrealista), en junio de 1917, para referirse a la reproducción creativa de un objeto, que lo transforma y enriquece. Como escribe Apollinaire en el prefacio al drama,
Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna.
Y hay semanas en que el surrealismo lo ocupa todo. Quizás sea algo subjetivo y no se ajuste a los parámetros definidos por Apollinaire pero lo cierto es que esta última semana me han ocurrido cosas que en reducción al absurdo denomino surrealistas. Para empezar, y refiriéndome a las piernas, Pez Nemo y yo vivimos un momento que si mi buen amigo Pez Barroso hubiera estado allí, habría tomado la situación como inspiración para uno de sus cortos. El domingo, después de la polémica final Italia- Francia, me tuvieron que trasladar al Hospital (los nervios me provocaron un cólico). Coincidía con el cumpleaños de mi amigo Pez Música y tras la cena (olé por Pez Shu) nos fuimos derechos a que me inyectaran una dosis de Buscapina y Nolotil. El chute fue tremendo y salimos Pez Nemo y yo medio somnolientos (él por empatía) hacia el coche. Había dos enfermeras en la puerta fumándose un cigarrillo. Esa noche me quedaba a dormir en casa de Hada Marina, que no me dejó dormir sola. Cuando Pez Nemo aparcó se dio cuenta de que sus sandalias no estaban dentro del coche (tiene la costumbre de conducir descalzo). Las buscamos por los sitios más insospechados y al final decidimos regresar al Hospital (quizás estuvieran debajo de la camilla, en la sala de espera, en la consulta del médico). El coche avanzaba lentamente por el aparcamiento. Las enfermeras se estaban fumando su quinto pitillo y la plaza de aparcamiento estaba ocupada, no por un coche sino por las dos sandalitas perfectamente aparcadas en un lateral. Las enfermeras nos miraban entre bocanadas de humo. Pez Nemo aparcó sigilosamente, sacó sus piececillos del coche, los calzó con las sandalias y las puso a conducir sobre el embrague y el acelerador. Las enfermeras seguían apurando sus cigarrillos en silencio mientras veían cómo los dos tarados del coche se alejaban sintiendose casi culpables de cualquier cosa. Desde entonces me persiguen las sandalias aparcadas. Quizás sean de alguien que no quiere que le vea y se hace invisible. Sé que alguien me espía porque no es normal que junto a mi coche siempre haya una zapatilla sin pie. O quizás sea una señal, la zapatilla que Cristo perdió yo la encontré o quizás sea un ceniciento al que tengo que buscar en mi reino. No lo sé. Me espero cualquier cosa. A lo largo de mi vida me han estado llegando toda clase de presentes anónimos: bombones, ramos de rosas, cartas sin remite, un geranio y una tortilla de patatas y cebolla a la puerta de mi casa, pendientes de oro y ahora sandalias. ¿Qué está ocurriendo?,¿esto es normal?, ¿le ocurre a todo el mundo? No sé.
En fin, lo gracioso es que Pez Nemo ya no se atreve a ponerse sandalias por miedo a llegar a su casa descalzo. Es más, se está planteando no tener novia por temor a marcharse a su casa olvidándola en la mesa de un restaurante. Y lo de tener hijos ni hablamos, a no ser que los saque a pasear con una correa. Si fuera tan fácil olvidarse de los malos recuerdos como se olvidan las sandalias en el aparcamiento del Hospital, la vida sería menos complicada.
Afortunadamente, yo sí me olvido de lo malo y de lo bueno nunca.
Lo bueno fue la presentación de mis amigas mosqueteras (Pez Ale y Pez Ceci) en Amargord. Lo bueno fueron sus voces, su entusiasmo y la complicidad que mantuvimos en todo momento las tres. Lo bueno fue también Pez Paquito, que nos obsequió con una botella de pacharán para que fuéramos más nosotras, las tres poetas amigas que trasnochan junto a una botella de pacharán y hablan hasta el amanecer de lo que se puede y no contar. Éstas son las cosas buenas que hay en mi vida.
Y cambiando de presentación, lo bueno también fue asistir a la presentación del libro de mi amigo Pez Barroso M.A. Antonioni. Técnicamente dolce en la Filmoteca e intercambiar dedicatorias como si nos estuviéramos cambiando cromos. Lo bueno fue conocer a Pez Alas y ver de nuevo a Pez Aute, que siempre me hace reír y sonreír. Todo esto es lo bueno que hay en mi vida.
Y también es bueno saber que Pez Fugu es capaz de interrumpir una tarde familiar por acudir en mi ayuda y hacer que me sienta como en casa visitando a su familia y ver cómo Pez Ámbar limpia ámbar en su jardín para hacerle un colgante a alguien querido. Fue tan tierno verle junto al barreño lavando la pieza y puliéndola con esa delicadeza que sólo alguien como él, pone en todo lo que hace; ver a su madre toda hecha una sonrisa amable que prepara un té de roibós; compartir con Pez Alba y la pequeña Pez Mica la dulzura y el amor de una tarde familiar. Todo esto es lo bueno que hay en mi vida.
Lo bueno de cenar con mi amigo Pez Basi y Pez Maroto (que insiste en quitarme las gafas y operarme los ojos, poeta cirujano) y ver que aunque pasen los años todo sigue siendo igual que siempre, igual en la amistad.
Habría que hacer una revisión a las cosas importantes de la vida y olvidarse de aquello que las eclipsa, quizás prestando más atención a lo bueno que nos rodea, que estoy segura de que es más valioso que las penas. Y cuando nos entre el bajón buscar la belleza. Pez Jimy la otra noche supo cómo hacerlo, me regaló un ejemplar de Brodsky que no tenía y me invitó a entrar en la metabelleza de Pan de lujo donde cenamos bajo luces indirectas y paneles iluminados que cambiaban de color junto a isletas de hierba sobre el agua. Y ahora sé que es posible encontrar la felicidad cuando se aspira a ella.

jueves, julio 06, 2006

Ácido y miel

Queridos míos,
tengo el placer de invitaros al recital de poesía Ácido y miel de dos poetas amigas mías:
Alejandra Aventín Fontana y Cecilia Quílez Lucas
Presentadas por mí, Beatriz Russo, la tercera mosquetera (válgame el ripio)
Será mañana viernes 7 a las 20.30 en:
Ediciones Amargord
C/ Torrecilla del Leal 32
915391650/915278823
club@edicionesamargord.com


lunes, julio 03, 2006

La vaca y el cinema

Del verso a la imagen y de la imagen a la palabra. La simbiosis del gesto y la voz.
Hay un paralelismo agudo entre ver y decir, aunque a veces cueste tanto lo uno como lo otro. Sin embargo, yo, que tengo el placer de tener a Miguel Ángel Barroso como amigo del arte de la palabra, he visto el gesto que trasciende a lo escrito. Él es capaz de adaptar al ojo a un modo de percibir poético. Él también es capaz de servirle de lazarillo al ojo ciego describiéndole lo que está más allá de la conciencia. No me cabe la menor duda de que entre Antonioni y el espectador siempre quedará Miguel Ángel Barroso.

miércoles, junio 28, 2006

La voz y la escritura



Queridos amigos,
tengo el gusto de invitaros a la presentación de la antología de poesía La voz y la escritura publicado por SIAL ediciones y en el que tengo el honor de estar incluida.

Presentación de la antología La voz y la escritura 2006. 80 nuevas propuestas poéticas, auspiciada por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y el Ateneo de Madrid, publicada por Sial Ediciones, en el Salón de Actos del Ateneo (Calle del Prado, 21, 28014 Madrid. Teléfono: 91 429 74 42).
Intervendrán en el acto:
Antonio González Terol, Director General de Juventud de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid,
Miguel Losada, escritor y coordinador de "Los Viernes de la Cacharrería",
Luis Eduardo Aute, cantautor y poeta, y
Basilio Rodríguez Cañada, editor y presidente del PEN Club de España.
A continuación tendrá lugar un encuentro con los siguientes poetas: Elena Medel, María Eloy, Yolanda Castaño, Pablo Méndez, Gonzalo Escarpa, Carmen Jodra y Annelisa Addolorato.
Nos acompañarán también muchos de los ochenta poetas antologados.

miércoles, junio 14, 2006

Semana de reencuentros


A veces ocurre que en una semana te encuentras a viejos amigos que por alguna circunstancia no has visto en mucho tiempo. Es como si hubiéramos coincidido en el mismo atasco al regreso de un puente festivo. Así me ocurrió que por fin pude encontrarme con mi viejo amigo Pez Iglesias que me hizo una entrevista por la radio y nos pudimos poner al día de camino a casa. Me alegró ver que seguía con ese entusiasmo tan gratificante que no todo el mundo siente por el trabajo. Y me hizo reflexionar sobre mi futuro laboral. Una vaca que ha llegado casi al ecuador de su vida no debería seguir pastando en los mismos campos de la desidia. Volar no necesarimente implica un viaje. Yo vuelo desde mi silla. Pero la cordura no es suficiente. ¿Qué más me tiene que ocurrir para que me decida? Pez Ale sigue empeñada en que regrese a la lingüística, incluso utiliza mis poemas en sus clases de Literatura Hispanoamericana. Pez Ale también es poeta pero aún no lo sabe; yo creo en ella y alguna vez veréis su nombre impreso en un poemario escrito desde la inteligencia. En la Feria del libro también me encontré con más amigos. Pez Pura, Pez Marga y Pez Gema con su pequeña Pez L a la que dediqué mi primer libro para que lo lea dentro de 10 años. Y a los pocos días seguí encontrándome a más viejas amigas. Pez Marina apareció en el Pabellón de La Feria del libro donde la vaca que escribe daba una conferencia sobre Literatura y mujer y me sentí aún más arropada. Hay quien dice (según Pez Love fue Kundera) que hay dos tipos de poetas: el poeta que vive una vida normal y corriente pero sólo a través de sus palabras vive una vida poética y después el poeta que vive una vida poética pero escribe una poesía mediocre, sin lírica. Conociendo a Pez Marina se podría pensar que vive poéticamente, y conociendo su poética también. Pez Marina abarca las dos versiones de Kundera y eso lo podemos constatar los que tenemos la posibilidad de asistir a su Disección poética en público. Y para disecciones las mías. Cada vez que me alejo de una persona en el espacio me siento diseccionada. A veces me falta un brazo (aún no he recuperado el que dejé a mi buen amigo Pez Tabarca), otras, la risa que siempre se hace la remolona para regresar de Berlín y prefiere quedarse con mi Gaviota. Y ahora, que sé que es verdad que mis amigas Pez voz y Pez palabra se van a vivir a Menorca, siento que me falta un no sé qué. El caso es que nos hemos visto muy poco este último año y sin embargo, sabía que estaban cerca. Quizás la distancia nos obligue a vernos más a menudo. No sé, siempre hay excusas y si no, nos las inventamos, así como el otro día me inventé que quería ver un partido del mundial en casa de Pez Shu y así pude pasar un rato con ella. Pez Shu es tremenda; después de llevar más de 24 horas sin dormir, nos preparó una cena a Pez Nemo, Pez Love y yo con un amor envidiable. Pez Shu se tiene ganado el cielo de los políglotas; además de volar lo involable, le quedan alas y lengua para estudiar italiano, francés y portugués y aprobar con nota. No sigo hablando de Pez Shu, que me frustro. Mis alas están mojadas y mi lengua es de trapo de tanto hablar. A veces es mejor permanecer una temporada en silencio y dejar que se regeneren las metáforas. Como decía el proverbio árabe "No digas nada si lo que vayas a decir no es más bello que el silencio". Ya me callo.

miércoles, junio 07, 2006

Mesa redonda en la Feria del Libro

El sábado 10 de marzo a las 13.00 participaré en una mesa redonda en la Feria del libro cuyo tema es Mujer y Literatura. La entrada es libre.

FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2006
Parque de El Retiro
Paseo de Coches
Pabellón de Encuentros

Sial Ediciones
Tritoma
Chandra Ediciones
Centro PEN Club de España
UGT-Madrid

tienen el placer de invitarle a la mesa redonda sobre

Mujer y Literatura

que tendrá lugar el sa´bado 10 de junio de 2006 a las 13.00

Participantes:
1. José Ricardo Martínez Castro, Secretario General de UGT-Madrid
2. Monserrat Cano, narradora, poeta y responsable de Comisión de Escritoras del
Centro PEN de España
3. Dolores Campos-Herrero, narradora, poeta y periodista
4. Beatriz Russo, poeta y narradora
5. José Luis Manzanares, Director Gerente de Tritoma

Moderador: Basilio Rodríguez Cañada, editor y presidente del Centro PEN de España

martes, junio 06, 2006

Entrevista en RNE

Para los que queráis escuchar a una vaca hablar de su novela premiada La versión de Eva Blondie, el próximo jueves 8 sobre las 12 pm, Julio César Iglesias le hará una entrevista en su programa Buenos días.

jueves, junio 01, 2006

Una de cal y otra de arena


Ser una vaca que vuela tiene sus pros y sus contras. Los pros ya los conocemos todos, especialmente los terrestres que miran al cielo y se imaginan a la vaca que vuela yendo de un lugar a otro, visitando las capitales europeas y nacionales con ese glamour que sólo ven los que no pueden volar. Los contras son demasiados, pero a veces, los que volamos nos consolamos como podemos. Sin embargo, a veces ese consuelo no es suficiente, máxime si se trabaja en un entorno en el que te castigan si no vas a cenar con el obispo de la la capilla volante. En Airvatican puede pasar cualquier cosa. Pues nos ocurrió a las pobres monjitas aéreas que durante los tres días que duró nuestra peregrinación decidimos hacer un retiro espiritual nocturno a nuestras celdas de castigo y el obispo se ofendió por no compartir mesa con él. Al día siguiente nos echó un sermón penitenciario y nos hizo un exámen oral sobre seguridad aérea y como aprobamos le dio rabia y nos recriminó que hubiéramos ido voluntariamente a la celda de castigo y le hubiéramos dejado solo en la cena con el otro sacerdote. El caso es que ahora resulta que el trabajo no acaba en el aterrizaje. Eso no lo sabíamos. Después viene la cena (ojalá fuera la última) y la bendición de la mesa con convenios y demás sermones laborales (de qué nos va a hablar este obispo). En fin, que mi madre superiora está muy disgustada con lo ocurrido y ha decidido recurrir al sindicato de la curia aérea. Veremos a ver qué pasa.
Menos mal que me acompaña en estos días Joseph Brodsky y su Marca de Agua. Apuntes venecianos para servirme de consuelo, gracias a mi amigo Pez Jimmy, que es un obispo bueno y muy culto a quien sí acompañaría en todas las cenas. Quizás alguna vez la vaca que escribe naciera en Venecia. Creo que fue no hace mucho. Lo recordé hace 6 años, cuando visité por primera vez Piazza San Marco. Fue un encuentro inesperado. Había vivido durante 6 años en Italia y nunca quise visitar Venecia. Mi amiga Pez Milena me convenció de que le hiciera una visita. Ella vive allí. Pasó un rato hasta que me di cuenta de que estaba en Venecia, teníamos tantas cosas que contarnos que apenas me fijé por dónde caminaba, hasta que me di de bruces con la Piazza. Fue un amor a primera vista, un flechazo perturbador y rompí a llorar. Allí me teníais; enfrente de la Catedral llorando sin parar, llenando la Piazza de agua, agua que desembocó después en el Gran Canal. El síndrome de Stendhal me dejaba inmóvil frente a la belleza, paralizada como un obelisco.
Ya lo dice Brodsky "El ojo adquiere en esta ciudad una autonomía similar a la de la lágrima. La única diferencia es que no se separa del cuerpo, sino que lo subordina totalmente".
Creo que ese día volví a nacer, como tantas veces renazco frente a lo bello, dejando atrás algo de la fealdad inevitable que nos da la vida veloz y desordenada. De nuevo Brodsky "ningún egoísta puede brillar durante mucho tiempo en esta porcelana junto al agua cristalina, porque le roba el espectáculo" La fealdad siempre estará al servicio de la belleza, como el reverso de cartón barato de un cuadro que sólo se ve cuando se descuelga de la pared. Ante una obra bella, ¿quién necesita darle la vuelta al cuadro si no es para cambiarle el marco?

martes, mayo 16, 2006

La vaca premiada

Ser una vaca premiada no es moco de pavo, no. Máxime cuando una se entera de que le han otorgado el primer premio de Novela erótica Istar dos horas antes de la entrega de premios. Así me ocurrió que de camino al nuevo restaurante donde trabaja Masaya (Nipón Taro), mi cocinero favorito, me avisan de que tengo dos horas para arreglarme e irme a Exposex a recoger el galardón (con lo mona que estoy yo en vaqueros). Mi coche pecera estaba lleno de peces; Pez Nemo, Hada Marina y Pez love, así es que nos dimos la media vuelta y nos fuimos a mi casa a buscar el vestido para la Gala. Hada Marina me ayudó a sacar ropa del canapé de mi cama. Mi casa parecía un mercadillo de ropa usada. Finalmente encontramos mi vestido de china sexy. Me lo puse y resultó que me estaba más ajustado que la última vez que me lo puse. ¡¡Horror!! ¿por qué no me avisaron antes? Me habría comprado el super modelazo para la ocasión. No obstante, todos acordaron que me quedaba bien mi vestido rojo con dos aberturas laterales, las medias de red color crema y los tacones de seda salvaje. Y después de comernos una pizza chiclosa que llegó 1 hora más tarde, salimos rumbo a Leganés. Con las prisas, la cantidad de información que me dieron y la emoción, no me enteré muy bien de dónde tenía que ir a recoger mi premio. Primero llegamos a la cubierta donde se celebra la feria, y confundimos la feria del marisco con la del sexo (estaban una al lado de la otra). Y allí me teniáis, vestida de pendón chino paseando por la feria del marisco. Menos mal que pregunté a un abuelo que estaba informado y nos dijo que las carpas de exposex se montan en la plaza de toros. Dimos cuatro veces la vuelta al ruedo y nada; todas las puertas estaban cerradas. De repente, tal y como si se me hubiera abierto la brecha del recuerdo, me acordé de una dirección. La entrega se celebraba en un Hotel y los tacones me estaban matando, el vestido era cada vez más estrecho y el vino se me había subido a la cabeza.
Afortunadamente estaban conmigo mis pececillos, que tuvieron una paciencia increíble. Llegamos al Hotel a mitad de la cena, nos liberaron una mesa y nos pusimos a beber cervezas. Yo habría bebido más vino pero aún tengo fresco el recuerdo del mismo vestido en una presentación en la Fundación Alberti y una cogorza impresionante de Barbadillo que me hizo hablar sin parar toda la noche (y es que a mí, cuando me dan un micrófono...) La cena se acabó, me presentaron a los organizadores, al jurado (me llevé alguna sorpresa inesperada) y después me anunciaron como la ganadora del primer premio Istar de novela erótica. ¡Qué fuerte! Espero que mis padres no se la lean nunca. El libro se titula La versión de Eva Blondie. Ya hablaré sobre él, ahora no tengo ganas. Salí a recoger la estatuilla entregada por Celia Blanco y no pude hablar. Me quedé muda delante de todos los pornostars y el cámara, que no dejaba de apuntar a mis caderas. Si lo llego a saber, me bebo una botella de Barbadillo- pensé. Reaccioné demasiado tarde, ya estaban llamando a la mejor porno- actriz revelación. Y me bajé del trono con una jaqueca psicosomática por el vino que no bebí y debí haber bebido. Los tacones me mataban, los muslos se me salían por los rombos de la media de red, el vestido no hacía sino subirse hasta la cintura. Pez Love y Pez Nemo me hacían fotos con su móvil y yo me quería ir a casa. Y así, Hada Marina y yo, vestidas para la ocasión (ella vestía medias de red, minifalda vaquera y zapatos de tacón para esas superpiernas de autopista hasta el cielo). Cuando salimos del hotel con el trofeo, parecíamos actrices porno premiadas. Los recepcionistas y conserjes nos miraron con morbo y yo me puse las gafas para disimular, pensando que distinguirían entre una intelectual como yo y una actriz porno, aunque no haya mucha diferencia entre nuestros cuerpos (qué voy a decir).
Llegué a casa, dormí como pude y al despertarme llamé a mi madre y le pregunté si quería poner mi trofeo en el salón de su casa, con todos los demás y ella me preguntó "¿no será un trofeo guarro?" No mamá no me han dado un pene, pero creo que éste me lo quedo yo en mi salón. Ya me veo yo el tipo de gracias que voy a generar. Y es que eso de ser una vaca poeta que escribe novela erótica no es tan previsible como esperaba; un artista es ecléctico, tiene que ser capaz de ponerse ne la piel de cualquier personaje que ronde su cabeza. Pero adelanto que ¡¡¡mi novela no es autobiográfica!!! Soy escritora, me gusta inventar, no soy biógrafa. Eso se lo dejo a mis futuros recreadores. Veremos a ver qué pasa. En fin.