sábado, mayo 26, 2007

El Mundo es un pañuelo


Allí me colé y en su fiesta me planté, vino para todos y algo de comer. Lalalalalala.....

Pues sí, Pececilla y yo no pudimos ponernos nuestras mejores galas porque el prisionero se equivocó de nuevo y ya hace muchos años que por mayo era por mayo cuando no hace la calor. Menudo romance el de ir a una fiesta con estas lluvias. En fin, que yo lo arreglo pronto: falda, botas de tacón de aguja que me tienen hoy coja perdida y jersey. Y me quedo tan pancha. Total, ya está la hermana gemela de Peter Pan allí para acaparar la atención (tan mona ella).
Al principio, como es habitual en mi personalidad de zampabollos, lo único que me interesa es el flirteo con los camareros para que no pasen de largo sus bandejas de canapés. El catering demasiado monótono con el minibocadito de queso con membrillo envuelto en un papel que no se come. Lástima. Después, cuando ya he saciado mi gula y me he bebido un par de copas de vino del Penedés, ya empieza a despertarse mi sociabilidad. El puntillo que me da el vino me pone voz de pija. No sé por qué. No es que lo diga yo. Pez jutequero fue el espejo en el que me miré toda la noche. Ay, qué gracioso, me sacó mi lado más tontaina, pero me lo pasé genial contándole mis historietas. Si pez Silvi hubiera estado allí me habría servido de recordatorio "cuenta ésta, cuenta aquélla en que tú...., ésta otra". Me troncho con Pez Silvi. Hacemos un buen dúo de payasa con compinche, sólo nos falta pasar la gorra. ¿Por qué no habré alquilado un mono para esta fiesta?
Como decía, Pez Jutequero fue todo un hallazgo porque, como muchos sabréis, no me gusta hablar de literatura en las fiestas, me encanta frivolizar y parodiarme a mí misma, hablar de las coñas de la vida, reírme y descargar toda la tensión que me produce el proceso creativo, sobre todo si estoy engorrinada con uno de mis personajes, que ya me está cogiendo manía y me va a mandar al pairo y me va a dejar colgada con el final. Nada, que para eso están la fiestas, para hacer el ganso.
El encuentro con Pez Mauri fue un choque de risas e ironías, vestido con su chaqueta de cuero, insistía en que hay que irse a Río. Pues sí, Pez Mauri, llevo años yendo y viniendo de Río a mi Foro o a mi desaforo, que ya no sé que es este Madrid de mi vida. El caso es que el pobre tenía una barbacoa, que supongo sería de churrasco porque no creo que llegara a la carne en su punto.
Y para punto el de la pareja de luna lunera de miel mielera que formaban Pez Reina y Pez Fran, tan bellos, tan elegantes, tan enamorados y tan cómplices. Me encantan, me han enamorado con ese puntillo gracioso, irónico, fashion-vip y sensible que sólo tienen ellos. No sé, no puedo evitar hablar de lo bello.
Bueno, bueno, esperad porque me falta hablar de Pez Woody. Es total, le falta dejarse el pelo más largo y despeinarse con un secador de 2000 w. Es genial, todo un descubrimiento con el que tenemos una cena la semana que viene Pececilla, Pez Design y yo para ver la sesión de fotos de nuestro último recital conjunto. Pez Woody insiste en que soy la poeta de la fotogenia. Prefiero quedarme con lo de genia si no le importa, que mola más. Pez Design también fue un hallazgo, vive en una isla de Vigo y también está enamorado del castillo que Pez Mijose tiene en Miraflores. Ay, que este Mundo es un pañuelo donde todos nos sonamos los mismos mocos.
Y seguro que me dejo a alguien fuera del pañuelo, pero es que me acatarré y no he podido ir a la Feria del libro a ver a mi Pececilla que estará tan mojada como la Leti el día de su boda. Y es que mi princesita no puede ser más afortunada de que su libro tenga tan buen agüero. La semana que viene nos vamos a presentarlo a Málaga, pero eso es otra historia que ya contaré.

Y me voy, que se me pasa la pasta y me da mucha rabia. Y como yo me lo guiso y yo me lo como, pues eso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Helas, yo tampoco pude ir a la firma del excelente libro Un mal ácido, aunque no por los mismos motivos. Iré la semana que viene solo para ver si tienen el anterior La posada del dragón que no encuentro por ninguna librería. Cuando la veas dile que tiene un lector más.
Gracias, un abrazo y "merde" en Malaga.
By the way, como dicen algunos, tus comentarios y reflexiones son enternecedores.
Fernando

Beatriz Russo dijo...

Fernando,
muchas gracias por tu comentario.
Se lo diré a Pececilla, se pondrá muy contenta. También le preguntaré dónde puedes adquirir La posada del dragón.

Anónimo dijo...

iba yo por la calle Pez pensando si acababa en la Tetería o en mi casa, pero que hiciera lo que hiciera, antes o después, tendría que ver si te pillaba fuera de una fiesta para darte las gracias y dos abracísimos. Así que aquí están. Entre los primeros de una serie que espero muy larga.