Últimamente me encuentro de lo más retrospectiva, y esta retrospección me está llevando a preguntarme varias cosas sobre mí misma que sólo tienen una explicación genética.
El otro día me preguntaba si el origen de mi curiosidad era accidental o genético. Pues me vino al pelo, al menos es una pista, lo que me contó Papá Toro sobre la curiosité de Mamá Vaca.
Pues resulta que suena el teléfono en casa de mis padres. Mamá Vaca lo coge:
- ¿Quién es? - pregunta.
- Hola, ¿está Juan?
- No, no está, se ha equivocado. Pero, ¿para qué le llama?
- Señora, si no es ahí ¿para qué quiere saber para qué le llamo?
- No, nada por saberlo, ya puestos...
Pues no se lo contó, colgó y Mamá Vaca dijo:
- Qué gente más antipática, ya no es como antes, que una hablaba con todo el mundo.
Esto me recuerda a la curiosidad que siento por las conversaciones de la gente que me rodea en un restaurante o en cualquier sitio. Ya he calculado que tengo capacidad para mantener el hilo de 4 conversaciones a la vez, más la de mi acompañante, que por suerte le gusta jugar al mismo juego. En fin, que no es que sea una cotilla, es que no puedo evitarlo, me da igual quiénes sean, lo que me importan son sus historias y el perfil psico-sociológico que proyectan. Ay, es que una necesita un trabajo de campo para crear sus personajes. Lo de Mamá Vaca, no sé por qué será, quizás sea una escritora fustrada y quizás algún día aparezca un cuadernillo secreto contando sus historias. Quién sabe.
7 comentarios:
La curiosidad mató al gato, es la única razón del porqué tienen 7 vidas. La curiosidad me empujó a leerte y aquí debo darte las gracias por haberme dado a conocer la poesia de J.C Mestre. Lo que no está tan claro es si la curiosidad nos empuja a ecribir. A mi la curiosidad me hizo crear el blog y eso que no soy muy dado a las nuevas tecnologías. Cuando les cuente a mis hijas, este fin de semana, que tengo un blog...
Hasta una próxima lectura
Fernando
Comparto al 100% esa costumbra, así que comprenderás lo frustrante que es ir perdiendo oído. Solamente puedo pillar algo de las conversaciones de la mesa de al lado si estoy solo y me puedo concentrar. (sic transit storia mundi).
Dile a Mamá Vaca, no para darle envidia sino para animarla, que aquí en la blogosfera nos escribimos por los cuatro costados.
Hola. Estaba intentando encontrar un enlace para enviar un e-mail pero no lo he encontrado. He dado con este blog por pura casualidad y el caso es que quería hacer una pregunta. Yo también soy Russo (o Ruso) de apellido, y quería saber si éramos familia (aunque fuera lejana). ¿es posible que su apellido, como el mío, venga de la Isla de Tabarca? mi dirección de e-mail es pablodura(arroba)ono.com. Me gustaría poder intercambiar impresiones con usted. Muchas gracias por adelantado.
Pablo,
Russo es mi pseudónimo, pero tenemos algo en común: el arte de volar en aviones. También me gustan los cómics, aunque sólo tengo tiempo para los libros. Bonita camiseta.
Gracias a ti por escribir. Ven cuando quieras.
Yo también comparto es costumbre, pero elevada a la enésima potencia porque aquí, en Andalucía, somos curiosos (incluso cotillas, diría yo). Así que...
Este fin de semana estuvimos en Setenil de la Bodega, un pueblo de Cádiz, que se caracteriza por construir sus casas aprovechando los accidentes rocosos. Dejamos el coche ante la puerta de una casa, así que llamamos y le preguntamos a la dueña si le molestaba. Nos dijo que no.
Cuando volvíamos a por el coche, nos esperaba en la puerta y nos dijo:
- Verán, es que mi marido se quiere comprar un coche y ha visto el suyo y le ha encantado. ¿Vale muy caro? (el coche es de mi padre y es un Volvo, pero no tengo ni idea del precio) ¿va bien? (perfectísismamente)Es que es muy bonito.
- ¿Quiere verlo por dentro? Papá, dame las llaves que esta señora quiere ver el coche.
Así que allí estábamos, manteniendo una curiosa conversación con una señero que no conocíamos de nada, pero que resultaba de lo más agradable. A Mamá Vaca le hubiera gustado, seguro.
Sí, conozco bien esa costumbre vampírica.
:-)
Me encanta lo de mamá vaca y papá toro. Sobre la curiosidad acerca de conversaciones ajenas, nada que añadir. Si caso, apuntar que en el último libro de cuentos de Vila Matas hay uno dedicado a un tipo que anota frases sueltas que oye durante ss viajes en autobús; no tiene desperdicio.
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