viernes, noviembre 11, 2005

Al servicio de las hadas

Y, ¿quién no necesita un hada en su vida? Yo le he dicho que le presto a mi Hada Marina para que le conceda algún deseo (ayer me regaló una body milk para vacas y unos pendientes fashion con mi foto) pero creo que mi amiga la Choupa necesita más que un hada. Lleva un mes rogándole a Papá Noël que le anticipe su regalo y le ponga en la puerta de su casa a una interna. Ya no le importa que sea de Albacete o de la Conchinchina. Pero, por Dios, que sepa hacer un pollo empanado clásico (de huevo y pan rallado)
Pues resulta que su última interna ha puesto los pies en polvorosa en cuanto la Choupa le ha explicado, descrito, deletreado y analizado sintácticamente (por el método tradicional, estructural y generativo) la receta del pollo empanado, con los ingredientes ordenados alfabéticamente (a lo Mónica Geller) sobre la encimera y con las instrucciones explicadas por ingredientes y pasos. La chica se ha preparado para la ceremonia del pollo empanado; se ha abierto una lata de pepsicola, la ha puesto junto a la sartén, ha mirado los ingredientes, le ha pegado un sorbo a su pepsicola y se ha ido corriendo. Hay reacciones que son incomprensibles, ve tú a saber el porqué de su huida. La choupa ha llegado a casa y se ha encontrado su eco en la casa vacía. Preocupada por lo que le ha podido ocurrir ha llegado hasta la CIA, la Gestapo y el mismo Vaticano para ver si alguien sabía algo de ella. Pasan tantas cosas en la villa del señor que una no sabe nunca. Y resulta que a la chica le había dado un ataque de ansiedad frente al pollo y la receta, y ha decidido que se vuelve con su madre o se mete a monja, que el servicio doméstico no es lo suyo. Y es normal, ¿acaso yo sabía hacer un pollo empanado con 19 años? Pues no, pero si la Choupa me lo hubiera explicado, pues sí.
Y mi amiga la choupa está preocupada por si es ella el origen de tanto desastre. Desde que la mujer del portero de fútbol chileno regresó a su país, no levanta cabeza. A una le da una crisis de ansiedad porque le ha dejado su novio y le da por no comer y desmayarse; otra se escapa de la casa, desaparece tres días y llama pidiendo perdón; y ahora la pobre chica a la que le dan miedo los pollos empanados.Quizás sea buena en otra cosa, pero como, desgraciadamente, su país se cae a trozos con tanta desgracia, pues se viene a España y a servir, que no es lo suyo. Pero, es que a mi amiga la Choupa ya no le quedan más tentáculos y el Dr. Sabio de mar le ha dicho que aún tiene que esperar unos años para le implante un par de ellos. Entonces mi amiga la Choupa será madre, esposa, amiga, amante, nuera, cuñada, hija, empresaria, ama de casa y hará ella misma el pollo empanado o comerá de lata. Y mientras tanto, yo aquí, perdiendo el tiempo con mis dos únicos tentáculos.

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