lunes, marzo 19, 2007

Acuario de río


Y encontré la paz en el río y allí sobre unas rocas de granito nos convertimos en piedras. No sé cómo hablar del fin de semana pasado junto a mis pececillos, más cercanos que nunca. Pocas palabras y muchas sensaciones. Hubo risas, muchas risas, hubo juegos, muchos juegos, hubo confidencias, abrazos, calor del fuego, siestas con la voz de Cernuda, excursiones a la cima, cine, poesía, canciones de viejos mitos argentinos, tangos, mucha comida, fondue de chocolate en cascada, desayunos en familia, paz, encuentros, Lis, sorbete de limón, más amigos el domingo, silencios, abrazos, muchos abrazos, complicidad, secretos, el queso de Toledo, escalibada y cordero, mecedoras, discos de vinilo, hamacas, bosques sagrados. Tres días de todo esto y ahora me sonríe la melancolía.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi fin de semana fue, prácticamente, IDÉNTICO al tuyo...
No hubo paz, ni río, ni amigos; tampoco pececillos, palabras, ni juegos...
Cernuda estuvo afónico y los tangueros mudos.
El ayuno, prolongado... (el sorbete -que el sol derritió sin misericordia-, sólo atrajo a las hormigas...)
Aupado por libélulas, el cordero huyó hacia el bosque que un sacrílego pirómano intentaba incendiar...
Sin denominación de origen, el queso engusanado desapareció misteriosamente... (quizá sus inquilinos se lo llevaron a rastras)
No hubo abrazos… ni uno solo… (ni sólo uno)
¡No hubo abrazos!...

Pero…

ESTUVISTE TÚ, y eso: LO LLENA TODO.

Mi fin de semana fue, prácticamente, idéntico al tuyo…
(y ahora me embarga la nostalgia… y beso cada piedra, con la certeza de que: una de ellas... ERES TÚ).

Beatriz Russo dijo...

Sí, mi fin de semana en el campo con mis pececillos fue mágico y tú, con tu poema a la reina Zirtaev lo has colmado.
Y ahora, ya convertida de nuevo en esa piedra que el amador busca, leo y callo, habitando de nuevo el gozo y la nostalgia.
Gracias

Anónimo dijo...

tus amigos también te sonreímos
amor

Anónimo dijo...

Espero que este fin de semana lo vivamos con el caballito del diablo¨pececilla¨, la princesa de las nieves y sobre todo tú, otra vez más pero con tus hermosas palabras (aunque no pueda leer tus preciados libros mi madre me ha dejado revisar algunos de tus escritos).
Un ¨te quiero¨ de la princesa de las nieves.

Beatriz Russo dijo...

Mi querida princesita de las nieves,
ya verás qué bien lo pasaremos si animamos a pececilla a hacer una painting-party en tu habitación de haditas y si no, ya nos inventaremos algo, que las tres tenemos mucha imaginación.
Yo también te quiero mucho. No sabes cómo me alegras la vida. Muak

Beatriz Russo dijo...

Ay, Santi,siempre tienes una sonrisa para mí.
Un besazo