domingo, julio 29, 2007

La estrategia infractora de Mamá Vaca


Yo no sé cómo se las apaña Mamá Vaca para tener tantos recursos y ser tan rápida. Unas veces le salen bien y otras le fallan, pero sus trucos son tan divertidos que se salva de los líos en la mayoría de las ocasiones.
Mamá Vaca ha sido reacia siempre a ponerse el cinturón de seguridad y la cosa ya se está poniendo como para que se empeñe en ponérselo por encima solamente. Como si los polis fueran tontos.
En un viaje a Málaga en pleno verano y sin aire acondicionado (porque es malo para las cervicales de Mamá vaca), les paró la policía porque se habían dado cuenta de que Mamá Vaca no llevaba puesto el dichoso cinturón de seguridad. Pero Mamá Vaca, más rápida que su propio pensamiento, actuó de inmediato.
Veamos la escena:
Papá Toro para el coche en la cuneta, su volumen de mala leche le había hecho parecerse en tamaño al icono taurino de Osborne que decora toda la N-II.
El poli, cumpliendo con su obligación, se acerca y les echa la bronca diciéndoles que la copiloto no lleva el cinturón de seguridad.
Mamá Vaca no tarda ni un segundo en responder:
- ¿Cómo que no?
- Pues no lo lleva, señora, yo no lo veo.
Entonces Mamá Vaca, con la gracia que la caracteriza, pone su brazo izquierdo a la altura de su cintura y levanta las dos enormes ubres que me amamantaron en mi nacer, cual madre nodriza siciliana, y con la otra mano agarra el cinturón de seguridad y lo saca de su escondite.
- ¿Y esto qué es, señor agente?
El poli no pudo resistir el ataque de risa y de la mejor forma que pudo, le dijo que no la multarían por esa vez, pero que le aconsejaba no esconder el cinturón de seguridad bajo sus pechos porque la volvería a parar la poli.
- Es que hace tanto calor, señor agente, que me estrangula y por eso lo sujeto aquí abajo. Total, ¿no es un cinturón? Pues eso, va en la cintura.
Papá Toro, volvió a arrancar el coche, más rojo que un pañuelo de San Fermín y se marchó abochornado.
- Somos un show ambulante - no paraba de decir Papá Toro.
- No te quejes, que te acabo de ahorrar una multa de 90 euros. Ala, conduce, que esta noche lo celebramos con pescaíto malagueño.

Y así fue cómo Mamá Vaca se puso morada pescaíto en la carihuela gracias al ahorro en librarse de la multa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces, molesto y picajoso en el trabajo, me paso a releer las historias de Mamá Vaca. Siempre me refrescan.

Ya me pasó en una (la del mueble para el viaje), pero en esta la sensación de solidaridad con Papá Toro es imparable. Todo un carácter se ha tenido que forjar al lado de tan libre y creativa compañera.